martes, 13 de diciembre de 2011

Una vida, millones de ironías y problemas.

Hola compañeros. Hoy, en vísperas de navidad, reuniones familiares, regalos, en resumen fechas de felicidad y inexistencia de problemas, yo quiero hablar sobre dos cosas que siempre están presentes en nuestro día a día: ironías y problemas. Sí amigos, nuestra vida está plagada de estas compañeras de viaje. Muchos diréis que eso no es posible o que no pasa en todas las personas, y pueden que lleven toda la razón del mundo, pero bajo mi punto de vista y de mí mismo como persona si creo que sea posible, es mas, creo que estas dos cosas van ligada las unas a la otras, como los turrones y mazapanes a estas fechas.
A continuación voy a tratar de explicar lo más claramente posible mi idea.
Bien, actualmente atravesamos una gran crisis económica, en la cual, para intentar recaudar dinero, los gobiernos de los países suben impuestos y bajan pensiones y sueldos a funcionarios del estado como pueden ser médicos, profesores, policías... personas, que día a día, con su trabajo y esfuerzo son las que sacan los países adelante. Esto es un problema, dado que las familias donde se produzcan estos recortes se ven obligadas a ajustarse el cinturón. Esto es un problema, pero que lleva consigo una ironía: es curioso el que más trabaja y se sacrifica el siempre el que pierde, mientras que el que menos hace, sale siempre victorioso y enriquecido. Si amigos, bienvenidos a la cruel ironía y realidad de nuestro mundo, porque esto es así.
Ahora quiero poner un ejemplo, quizá más cercano a nosotros, dado que el anterior está más relacionado con nuestros padres y no puede reflejar un punto de vista mas cercano a nuestra edad.
Bien el ejemplo del que voy a hablar es cuando queremos a alguien, pero no querer como uno mas, si no como alguien mucho más especial, alguien a quien quieres diferente del resto de la sociedad. Cuando sentimos afecto y cariño por alguien muy especial, somos capaces de hacer cualquier cosa por ese alguien especial. Somos capaces de sufrir, ya sea en silencio o en público, de llorar por esa persona, de esperar tiempo y tiempo con tal de que solo nos dedique una sonrisa, una mirada, una palabra, de sonreirle siempre que nos mire y de hacer todo lo posible por hacerla feliz y ayudar en todo lo que nos pida. En muchas de las ocasiones esa persona no se fijará en nosotros ni sentirá lo que nosotros sentimos por ella, hasta que finalmente cometamos un error y todo acabe. Normalmente el sacrificarnos de este modo por esta persona no produce dolor, tristeza, falta de sueño, en general, uno o varios problemas. Y como bien dije antes, todo problema lleva ligado a él una ironía. En este caso la ironía que voy a poner es de una amiga, María, el cual me parecía excelente: ''Es irónico que puedas hacer muchas cosas por alguien y nunca se de cuenta, pero cuando cometes un error nunca lo olvida. 
Bien compañeros, este es mi punto de vista bajo dos ejemplos totalmente distintos. Para concluir me gustaría reafirmar que la vida está plagada de problemas y de ironías que van ligadas a ellos. En la gran mayoría de los casos, pero mas, creo yo, en mi ejemplos, es muy triste que esto ocurra y que no tenga solución, pero este es un mundo globalizado y estas es una de sus consecuencias éticas o morales.
Sí amigos, bienvenidos al mundo sin demasiados escapes de los problemas y sus consecuentes ironías.

martes, 6 de diciembre de 2011

¿Soy más libre si controlo mis emociones? Rafael Falcón.

Actualmente la sociedad pero más aún cada una de las personas por individual estamos coaccionados o limitados en la gran mayoría de nuestras acciones. Nos creemos libres mas no lo somos. Existen muchos factores que nos limitan o nos atan a otras cosas y que día a día tratamos de destruirlos o sobrepasarlos, pero que casi nunca lo logramos. A menudo muchos de vosotros os habréis preguntado qué estamos haciendo mal, qué detalle hemos dejado en el tintero que nos sigue bloqueando. Yo os digo: ese detalle es algo que llevamos dentro de nosotros desde el primer segundo que llegamos a este mundo y tienen un nombre: emociones.
Si amigos, no se sorprendan, son nuestras propias emociones las que nos bloquean a la hora de realizar las acciones. Y se preguntaran cómo puede ser esto, bien, intentaré explicarlo.
A menudo cuando nos plantamos ante un problema o similar, tenemos que decidir. La decisión que tomemos nos dar gloria, triunfo y satisfacción o puede ser una gran mancha negra que nos persiga a lo largo de nuestra vida. A la hora de decidir entran en juego las emociones. Estas pueden ser de muchos tipos y clases: euforia, pesimismo, felicidad, tristeza... Son este tipo de emociones, y muchas otras, las que nos coaccionan a la hora de tomar una decisión, se podría decir que son las emociones las que nos controlan a nosotros y no nosotros las que las controlamos a ellas. Se preguntarán ¿cómo esto es posible? Bien, al decidir sobre una opción, piensen que todas nuestras emociones están en nuestro interior, aletargadas o dormidas, pero están ahí esperando el momento en el que tengan que manifestarse. Al decidir, puede que muchas de estas opciones entren en conflicto, dado que unas son contrarias a otras, y de esto modo ya nos dominan, nos están controlando, dado que la mayoría de los seres decidiremos según los que nos dicten nuestras emociones, pero debería ser al revés. 
A continuación, me gustaría poner dos ejemplos, el cual uno de ellos es personal. Empezaré por el cual no es personal. Imaginen a un joven atleta, trabajador, gran competidor, pero que nunca ha salido de su ciudad. Un día al terminar una competición se le acercan unos ojeadores que le habían estado observando y le proponen la idea de mudarse a la capital, a un centro de alto de rendimiento, para convertirlo en un campeón. En ese instante el chico tiene que decidir que hacer y entran en conflicto dos emociones: la euforia de probablemente ver uno de sus sueños cumplidos y la tristeza y pena al tener que dejar a su familia y su localidad natal que le vio crecer. Finalmente decide quedarse, bajo todo su pesar, por que no podría vivir sin su familia. Las emociones en este caso la tristeza, le han controlado y han decidido sobre él.
Ahora me gustaría poner mi ejemplo personal que viví hace pocos días. Anteriormente yo formaba parte de una banda de música con unos amigos, pero mis sentimientos y más aún mis emociones andan de capa caída estos últimos días. Debido a esto las emociones de tristeza me han llevado a dejar la banda para no causar tristeza en mis compañeros, pero más incluso por evitar que estas emociones controlen a mis compañeros, como lo han hecho conmigo.
Para concluir solo reafirmarme sobre lo dicho. Sí amigos, desgraciadamente nuestras emociones nos controlan. Debemos buscar el modo de controlarlas para así poder ser más libres, disfrutar más de la vida y tomar decisiones con certeza y cabeza, sabiendo que ese viejo enemigo que nos controlaba en anteriores ocasiones ha sido derrotado, ha muerto y jamás volverá a influir en nuestra vida. Yo compañeros todavía no lo he consigo destruir mas sigo intentándolo día tras día y no me cabe duda de que algún día llegaré a obtener premio, por eso os digo: no dejéis de luchar nunca, buscar cualquier modo y aprender a controlar vuestras emociones, por que de otro modo seríamos esclavos de ellas para siempre y acabarían por destruirnos la vida al influir en decisiones que pudieron ser mejores si esas emociones hubieran sido controladas.