martes, 13 de diciembre de 2011

Una vida, millones de ironías y problemas.

Hola compañeros. Hoy, en vísperas de navidad, reuniones familiares, regalos, en resumen fechas de felicidad y inexistencia de problemas, yo quiero hablar sobre dos cosas que siempre están presentes en nuestro día a día: ironías y problemas. Sí amigos, nuestra vida está plagada de estas compañeras de viaje. Muchos diréis que eso no es posible o que no pasa en todas las personas, y pueden que lleven toda la razón del mundo, pero bajo mi punto de vista y de mí mismo como persona si creo que sea posible, es mas, creo que estas dos cosas van ligada las unas a la otras, como los turrones y mazapanes a estas fechas.
A continuación voy a tratar de explicar lo más claramente posible mi idea.
Bien, actualmente atravesamos una gran crisis económica, en la cual, para intentar recaudar dinero, los gobiernos de los países suben impuestos y bajan pensiones y sueldos a funcionarios del estado como pueden ser médicos, profesores, policías... personas, que día a día, con su trabajo y esfuerzo son las que sacan los países adelante. Esto es un problema, dado que las familias donde se produzcan estos recortes se ven obligadas a ajustarse el cinturón. Esto es un problema, pero que lleva consigo una ironía: es curioso el que más trabaja y se sacrifica el siempre el que pierde, mientras que el que menos hace, sale siempre victorioso y enriquecido. Si amigos, bienvenidos a la cruel ironía y realidad de nuestro mundo, porque esto es así.
Ahora quiero poner un ejemplo, quizá más cercano a nosotros, dado que el anterior está más relacionado con nuestros padres y no puede reflejar un punto de vista mas cercano a nuestra edad.
Bien el ejemplo del que voy a hablar es cuando queremos a alguien, pero no querer como uno mas, si no como alguien mucho más especial, alguien a quien quieres diferente del resto de la sociedad. Cuando sentimos afecto y cariño por alguien muy especial, somos capaces de hacer cualquier cosa por ese alguien especial. Somos capaces de sufrir, ya sea en silencio o en público, de llorar por esa persona, de esperar tiempo y tiempo con tal de que solo nos dedique una sonrisa, una mirada, una palabra, de sonreirle siempre que nos mire y de hacer todo lo posible por hacerla feliz y ayudar en todo lo que nos pida. En muchas de las ocasiones esa persona no se fijará en nosotros ni sentirá lo que nosotros sentimos por ella, hasta que finalmente cometamos un error y todo acabe. Normalmente el sacrificarnos de este modo por esta persona no produce dolor, tristeza, falta de sueño, en general, uno o varios problemas. Y como bien dije antes, todo problema lleva ligado a él una ironía. En este caso la ironía que voy a poner es de una amiga, María, el cual me parecía excelente: ''Es irónico que puedas hacer muchas cosas por alguien y nunca se de cuenta, pero cuando cometes un error nunca lo olvida. 
Bien compañeros, este es mi punto de vista bajo dos ejemplos totalmente distintos. Para concluir me gustaría reafirmar que la vida está plagada de problemas y de ironías que van ligadas a ellos. En la gran mayoría de los casos, pero mas, creo yo, en mi ejemplos, es muy triste que esto ocurra y que no tenga solución, pero este es un mundo globalizado y estas es una de sus consecuencias éticas o morales.
Sí amigos, bienvenidos al mundo sin demasiados escapes de los problemas y sus consecuentes ironías.

martes, 6 de diciembre de 2011

¿Soy más libre si controlo mis emociones? Rafael Falcón.

Actualmente la sociedad pero más aún cada una de las personas por individual estamos coaccionados o limitados en la gran mayoría de nuestras acciones. Nos creemos libres mas no lo somos. Existen muchos factores que nos limitan o nos atan a otras cosas y que día a día tratamos de destruirlos o sobrepasarlos, pero que casi nunca lo logramos. A menudo muchos de vosotros os habréis preguntado qué estamos haciendo mal, qué detalle hemos dejado en el tintero que nos sigue bloqueando. Yo os digo: ese detalle es algo que llevamos dentro de nosotros desde el primer segundo que llegamos a este mundo y tienen un nombre: emociones.
Si amigos, no se sorprendan, son nuestras propias emociones las que nos bloquean a la hora de realizar las acciones. Y se preguntaran cómo puede ser esto, bien, intentaré explicarlo.
A menudo cuando nos plantamos ante un problema o similar, tenemos que decidir. La decisión que tomemos nos dar gloria, triunfo y satisfacción o puede ser una gran mancha negra que nos persiga a lo largo de nuestra vida. A la hora de decidir entran en juego las emociones. Estas pueden ser de muchos tipos y clases: euforia, pesimismo, felicidad, tristeza... Son este tipo de emociones, y muchas otras, las que nos coaccionan a la hora de tomar una decisión, se podría decir que son las emociones las que nos controlan a nosotros y no nosotros las que las controlamos a ellas. Se preguntarán ¿cómo esto es posible? Bien, al decidir sobre una opción, piensen que todas nuestras emociones están en nuestro interior, aletargadas o dormidas, pero están ahí esperando el momento en el que tengan que manifestarse. Al decidir, puede que muchas de estas opciones entren en conflicto, dado que unas son contrarias a otras, y de esto modo ya nos dominan, nos están controlando, dado que la mayoría de los seres decidiremos según los que nos dicten nuestras emociones, pero debería ser al revés. 
A continuación, me gustaría poner dos ejemplos, el cual uno de ellos es personal. Empezaré por el cual no es personal. Imaginen a un joven atleta, trabajador, gran competidor, pero que nunca ha salido de su ciudad. Un día al terminar una competición se le acercan unos ojeadores que le habían estado observando y le proponen la idea de mudarse a la capital, a un centro de alto de rendimiento, para convertirlo en un campeón. En ese instante el chico tiene que decidir que hacer y entran en conflicto dos emociones: la euforia de probablemente ver uno de sus sueños cumplidos y la tristeza y pena al tener que dejar a su familia y su localidad natal que le vio crecer. Finalmente decide quedarse, bajo todo su pesar, por que no podría vivir sin su familia. Las emociones en este caso la tristeza, le han controlado y han decidido sobre él.
Ahora me gustaría poner mi ejemplo personal que viví hace pocos días. Anteriormente yo formaba parte de una banda de música con unos amigos, pero mis sentimientos y más aún mis emociones andan de capa caída estos últimos días. Debido a esto las emociones de tristeza me han llevado a dejar la banda para no causar tristeza en mis compañeros, pero más incluso por evitar que estas emociones controlen a mis compañeros, como lo han hecho conmigo.
Para concluir solo reafirmarme sobre lo dicho. Sí amigos, desgraciadamente nuestras emociones nos controlan. Debemos buscar el modo de controlarlas para así poder ser más libres, disfrutar más de la vida y tomar decisiones con certeza y cabeza, sabiendo que ese viejo enemigo que nos controlaba en anteriores ocasiones ha sido derrotado, ha muerto y jamás volverá a influir en nuestra vida. Yo compañeros todavía no lo he consigo destruir mas sigo intentándolo día tras día y no me cabe duda de que algún día llegaré a obtener premio, por eso os digo: no dejéis de luchar nunca, buscar cualquier modo y aprender a controlar vuestras emociones, por que de otro modo seríamos esclavos de ellas para siempre y acabarían por destruirnos la vida al influir en decisiones que pudieron ser mejores si esas emociones hubieran sido controladas.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

El camino de nuestra vida.

Hola a todos. Hoy voy a hablar de un tema del cual he hecho mi exposición oral pero que me gustaría escribir para que quedara constatado y escrito en el tiempo y que no fueran solo palabras dichas y que se pierden en el espacio y e el tiempo.
El camino del que voy a hablar no es el camino que pueda separar una ciudad de otra en el mapa, hablo del camino moral que seguiremos a lo largo de nuestra vida y que es muy probable que lo tengamos que escoger a la edad que tenemos ahora. El camino que sigamos es algo personal, un camino en el que estaremos rodeados de la sociedad y las demás cosas que figuran en el mundo sí, pero al final y al cabo es nuestro camino, nuestra pequeña senda moral hacia nuestros objetivos. No debemos dejarnos influenciar por nadie a la hora de escoger nuestro camino, es decir, debemos aceptar consejos de nuestras personas más cercanas, como pueden ser familiares y amigos, pero nunca debemos dejarnos influenciar en exceso por el mundo que nos rodea. Debemos tener autonomía a la hora de eligir el camino que escojamos, porque puede suceder que si nos dejamos influenciar por una persona, al final acabemos reflexionando, pensando y finalmente cambiemos el sentido u orientación de nuestro camino. Esto, en ocasiones, puede ser un error y una irresponsabilidad, dado que si finalmente cambiamos de camino inducidos por esa persona, podemos desembocar en un destino mucho peor al que nos hubiera podido deparar el anterior camino, que un día bajo la influencia y la reflexión cambiamos.
También quiero decir que, escojamos el camino que escojamos, tenemos que disfrutarlo, vivirlo y aprovecharlo al máximo, porque como bien dijo un día Abraham Lincoln: Al final, lo que importa, no son los años de vida, sino la vida de los años. Con esta cita quiero remarcar lo que he dicho anteriormente. Vivir vuestro camino, disfrutarlo, gozarlo. También ese camino se va formando conforme perseguimos unos sueños, una meta. Si no persiguiéramos nada en la vida, si no tuviéramos un objetivo por el que luchar, nuestro camino no tendría sentido, no tendría vida, sería como un senda forestal arrasada por uno de los fuertes incendios veraniegos. 
Ya para concluir quiero advertiros también de que a lo largo de vuestro camino encontraréis problemas u obstáculos, mas yo os digo, no os paréis al llegar a uno de estos obstáculos, apoyaros en la gente a la que queréis y que día tras día os ayudan y encontraréis una ruta alternativa, un camino paralelo al vuestro, pero que el algún momento llegará a morir en vuestro camino principal, como mueren las carreteras secundarias en las grandes autovías.
Luchar por el camino que queréis y recordad que no hay ningún camino imposible o que no exista, porque cada uno de los seres que habitamos este planeta hacemos nuestro propio camino y somos dueños del mismo.

martes, 22 de noviembre de 2011

¿Sirve de algo arrepentirnos?

A veces en la vida nos equivocamos, hacemos cosas o decimos cosas de las que luego nos arrepentimos. Normalmente siempre nos pasamos de la raya con la persona menos indicada y después nos toca asumir las consecuencias y no basta con pedir perdón o lamentarnos, porque solo con decirlo no demostramos  nada en absoluto. Para que de verdad todo se olvide tenemos que demostrarle a la persona con la que te equivocaste que realmente lo sentimos  y nos avergonzamos de nuestros actos y aprender para no volver a causar daño.
Para que todo esto se entiendo mejor, voy a usar, como muchas veces anteriores ya he hecho, un ejemplo, pues creo que es una manera fácil y sencilla de entender lo que quiero exponer.
Bien, supongamos que un día unos compañeros, amigos, conocidos, etc mientras hablan sobre cualquier tema, uno de ellos le dice algo al otro. Esto que ha dicho es referente a la personalidad o a alguna acción del otro ser. El comentario que se ha hecho ha resultado ser ofensivo para la otra persona. A consecuencia de esto la otra persona se enfada y dejar de hablar y estar con la persona que ha dicho el comentario. Entonces a esta, a cada momento que tiene libre, se dedica a pensar sobre lo que ha hecho y sobre la reacción de la otra persona. Llega a la conclusión de que ha obrado mal y que ha causado daño en alguien que probablemente le tengo mucho afecto y amor. A partir de este momento empieza a arrepentirse, a pensar toda clase de disculpas y ha buscar el momento adecuado para quedarse a solas con esa persona y decirle que lo sientes. Aquí llega mi pregunta con la que iniciaba esta disertación: ¿sirve de algo arrepentirse?
Bien, yo pienso que sirve para reflexionar sobre nuestro error cometido e intentar no volverlo a hacerlo nunca más. Pero no solo con arrepentirnos hemos solucionado el problema, pues puede que si a esa persona le pedimos perdón mil y una vez e incluso más, acabe perdonándonos, pero puede que solo sea de manera superficial, solo para hacer que olvidemos todo, ponernos una sonrisa en la cara y hacer como que todo ya ha pasado. Pero es casi seguro, que esa persona no nos ha perdonado de corazón. Puede que si no le demostramos que realmente nos avergonzamos de nuestros actos, jamás nos vuelva a mirar con los mismo ojos ni nos vuelva a tener el mismo cariño y afecto que nos tenía antes.
Muchos de vosotros os preguntaréis: ¿qué debo/debemos hacer para que nos perdone de corazón?
Bien, bajo mi punto de vista, para que nos perdone de verdad, primero debemos hablar con esa persona tranquila y pausadamente y explicarle el por qué de tu actos o palabras. También para obtener su perdón tenemos que estar con esa persona, ayudarla cuando nos lo pida, quererla y sobretodo respetarla siempre.
En conclusión, de nada nos serviría arrepentirnos día tras día, sentados en cualquier lugar del mundo, recordando todo lo pasado y martirizándonos a nosotros mismo, si no tenemos la intención de obtener el verdadero perdón de esa persona, ese perdón que proviene del corazón y no de la superficie y que hay que ganárselo demostrando una serie de cosas.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El amor

Bueno llevaba mucho tiempo con esta idea en la mente y por fin voy a escribir sobre ella.
¿Qué es el amor? ¿Que se siente cuando llega? ¿Cómo sabemos cuando llega? Seguramente todas estas respuestas tienen diferentes preguntas según quien las responda.
Yo voy a intentar responderlas bajo mi punto de vista.
El amor, es para mí, esa sensación de cosquilleo en el estómago cuando ves a esa persona especial, el temblor en la voz cuando hablas con esa persona, el no poder mirarla a los ojos cuando te diriges a ella, el sentirte a gusto y feliz cuando esa persona esta cerca, el sentirse triste o deprimido cuando esa persona tiene un problema o está lejos y no puedes estar cerca de ella. Seguramente todos estos ejemplo también contestan a su vez a las otras dos preguntas formuladas anteriormente, dado que todo en el amor está relacionado.
Muchas personas buscan el amor desesperadamente porque no quieren pasarse el resto de su vida solos, más estas personas son las que normalmente se quedan sin su media naranja.
El amor es algo que viene en el momento mas inesperado, pero que cuando llega te hace ser la persona más feliz del mundo. Muchas personas siguen luchando por encontrar su media naranja, aunque se hallan llevado una desilución y un desengaño tras otro. El amor es una fuente de dolor, pero a su vez una muy buena vía de escape hacia la felicidad.  A su vez las desilusiones y los desengaños amorosos nos sirven a nosotros mismos para darnos cuenta de que tal vez hicimos algo mal o de que esa persona no se la más indicada para nosotros, aunque nosotros estemos confiados en que sí.
En conclusión el amor el algo bonito, pero a su vez doloroso. No debemos impacientarnos si no llega cuando nosotros queremos, porque estoy seguro de que en algún momento de su vida todo el mundo encuentra a su persona ideal para compartir con ella muchos momentos de su vida. Siempre que quieras a una persona, tendrás que demostrárselo y haciéndole ver de todas las maneras posibles que darías muchas cosas a cambio de estar con ella y, si al fin y al cabo haces las cosas correctamente y te preocupas y ayudas a esa persona que quieres, te verás recompensado, porque ella también se habrá dado cuenta de que hay alguien que está dispuesto a hacer cualquier cosa por ella, porque la quiere, porque siente amor hacia ella y no lo puede evitar.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Somos valientes?

"En las horas de peligro es cuando la patria conoce el quilate de sus hijos." Marco Tulio Cicerón.
Quería empezar mi entrada de esta semana con esta cita de este gran jurista, político, filósofo, escritor y orador romano. Esta cita creo que refleja muy bien mi pregunta, ¿somos valientes?
La valentía, como bien define la cita, sale a la luz cuando nos encontramos ante un peligro o un problema. Para definirla mejor voy a usar un ejemplo ambiente en las guerras de la antigua roma, en honor al autor de la cita.
En los campos de batalla, cuando los ejércitos romanos luchaban por conquistar territorios, por defender los que ya tenían o por sobrevivir, bajo las órdenes de Julio César o cualquier otro gran general, se les planteaba un dilema moral: ser valientes y luchar por nuestra patria y nuestras familias y morir probablemente en el intento o ser un cobarde, huir del campo de batalla, preservar tu vida y dejar a tus compañeros de guerra luchando.
La mayoría de estos ejércitos, se pueden decir que fueron verdaderos poseedores de la valentía e hicieron un gran uso de ella, dado que Roma llegó a tener bajo su poder un enorme imperio, obtenido gracias en parte a la valentía de estos ejércitos, dado que oprimieron el valor moral de la cobardía, con otro mucho mayor como es el de la valentía.
Estos ejércitos dejaron atrás sus miedos y sus ganas de preservar su vida y antepusieron a estos argumentos, el luchar por su patria, el defender sus posesiones y el intento de conquistar más territorios, aunque perdieran muchas batallas porque sus adversarios en superiores.
Aún habiendo sido derrotados, a estos ejércitos, no se les puede objetar que no fueron valientes, porque aunque hubieran perdido, la valentía implicada y usada durante la batalla, jamás se la podrá reprochar nadie.
Ya para cerrar mi entrada dejo una cita que defiende mi último párrafo.
"En la lucha con un adversario superior, la retirada no es ninguna vergüenza." L. Ching.

martes, 1 de noviembre de 2011

La vida, problema para unos y recompensa para otros.

La vida está considerada por muchos seres humanos, una de las mejores bendiciones que se nos ha podido dar. Todo el mundo se alegra al saber que un nuevo ser hará su entrada en esta gran familia de seres vivos a la que llamamos universo. Todos consideramos a nuestra vida como algo propio y magnífico que no queremos que no nos sea arrebatada nunca.
La gran mayoría de las personas lucha día a día, mes a mes, año a año, por seguir con vida, por alcanzar sus metas propuestas en ella. A estas personas no importa cuantos obstáculos les pongas en su camino, pues ellas siempre conseguirán sortearlos y seguir adelante, pues nunca pararán de luchar por sus metas. Por ejemplo, una madre cuando da a luz a ese hijo que ha llevado en su interior durante nueve meses, no puede sentir mayor felicidad que el poder cogerlo, acariciarlo y cuidarlo. A lo largo de toda la vida de su hijo, su madre siempre luchará por él, hará todo lo posible por sacarlo adelante en la vida y procurarle un futuro y una vida digna. Pero a veces la vida juega malas pasadas y las cosas no salen según lo esperado. Para que se entienda mejor, supongamos que el día de su octavo cumpleaños el niño sale a jugar a la calle, pero por desgracia es atropellado mientras corría detrás de su pelota nueva. A consecuencia del atropello, el niño pierde una pierna y que inválido para siempre. La madre, aunque desconsolada por la desgracia, no se rinde y sigue luchando por su hijo, incluso más que antes. Le procura asistencia en un centro especializado mientras ella trabaja y por las tardes lo saca a pasear en la silla de ruedas. Esta madre y su hijo, se puede decir que valoran la vida y luchan por ella a pesar de las desgracias, es decir son recompensados en parte.
Sin embargo, hay otras personas, que nunca luchan por la vida. Al menor problema que tienen buscan la solución más rápida y se rinden sin más, el suicidio. Estas personas son frágiles y débiles mentalmente, al no querer afrontar las malas situaciones y luchar por ellas, por sacar adelante su vida, esa preciada bendición que les ha sido concedida, por vivir.
La vida hay que afrontarla, con sus pros y sus contras y hay que trabajar y luchar para llegar lejos.
Para finalizar os dejo una cita de Dale Carnegie, escritor de libros de auto ayuda, que trata sobre la vida.
Dice así:
''Acepta los riesgos, toda la vida no es sino una oportunidad. el hombre que llega más lejos es, generalmente, el que quiere y se atreve a serlo.''
                                                        Dale Carnegie

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Es justa la vida?

A veces la vida nos enseña de manera poco didáctica que algo lo hemos hecho mal. Esta demostración de nuestros errores la realiza dándonos golpes, a veces, realmente duros y que nos duelen y dejan marca. La mayoría de las veces, estos golpes se los llevan las personas que menos se los merecen, por eso yo me pregunto: ¿Es justa la vida? En mi opinión, no. Hay muchas personas que actualmente se encuentran en la calle, sin casa, sin trabajo, sin dinero y en muchas ocasiones con una familia a la que alimentar. Muchas de estas personas se despiertan todos los días en cualquier lugar de nuestras ciudades, con un único propósito: luchar por mejorar su calidad de vida y la de los que se encuentran a su alrededor, pero llega la noche y se vuelven a cualquier otra esquina sin haber obtenido ningún resultado. En estos casos la vida no es justa con estas personas, dado que a pesar de que luchan día tras día por intentar darles un futuro próspero a sus allegados, la vida nunca les sonríe, es más, les golpea una y otra vez hasta que caen derrotados y no pueden seguir adelante. Sin embargo, hay otras personas, que sin hacer grandes cosas y sin luchar, la vida les sonríe un día tras otro. Muchas de estas personas son delicuentes, personas que no han hecho nada bueno en su vida, pero que sin embargo, siempre se libran de lo que realmente se merecen. Respecto a estas personas, podemos decir que la vida ha sido justa con ellos.
Otro ejemplo es, cuando muere una gran persona, como puede ser un luchador por la libertad de su pueblo,un gran escritor o un deportista, como pasó el pasado domingo cuando un piloto de motociclimo se dejó la vida en el asfalto, mientras disfrutaba de su afición e intentaba ganarse la vida. Sin embargo, otras personas, como pueden ser dictadores o asesinos, tienen mucha más suerte y huyen de la muerte una vez tras otra, aunque esta no pare de perseguirles. Apoyándome es estos motivos y en mi opinión yo expreso, que la vida no es justa con todos nosotros.

miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Somos sinceros o no?

Sinceridad. ¿Qué es? Según el diccionario de la Real Academia de la lengua Española la sinceridad es sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento, pero yo me pregunto ¿ siempre seguimos esto?.
Muchos de vosotros diréis que sí sois sinceros, que nunca fingís o mentís cuando os preguntan algo y tenéis que responder, mas yo pienso que nadie es sincero en su totalidad, ya que siempre habrá algo que queramos ocultar al resto de la sociedad por el motivo que sea, vergüenza, miedo, etc. Para que entendáis mejor lo que quiero expresar os pondré un ejemplo. Imaginaros que un día, al llegar al parque donde has quedado con los amigos o una mañana al llegar a clase, te encuentras a esa persona tan especial de la que estas enamorado/a. Al verla la saludas efusivamente, le das un abrazo, le preguntes por la tarde del día anterior, es decir, te interesas por ella. Al ver este gran afecto que sientes hacia ella, tus compañeros o amigos se acercan a ti y te preguntan: ¿estás enamorado? Al instante, empiezas a pensar muy rápidamente en una respuesta que darles a tus compañeros. Esta respuesta tiene que ser convincente para tus compañeros, pero a la vez no desvelar tus sentimientos, ya sea por vergüenza, porque no quieras que tus amigos sepan que estás enamorado o que te critiquen y te digan cómo puede ser verdad. Para evitar esto, das una respuesta que se corresponde con lo que tu sientes de verdad. La mayoría de las veces, en este caso en particular, se suele decir las típicas frases de: no, si es solo una amiga, con la que me llevo muy bien o ¡que tonterías dices, ni hablar!, pero en la mayoría de los casos tu respuesta es una mentira, no estás siendo realmente sincero.
Después de decir tu respuesta, tus compañeros o amigos no se quedan del todo satisfechos y te preguntan otra vez, pero esta vez añaden que respondas con sinceridad y que no mientas, pero aún así, tu vuelves a decir la misma respuesta anterior o con alguna que otra variación. Al hacer esto no eres sincero, con lo cual mientes a tus amigos y les dices que sí has sido completamente sincero, sabiendo que es mentira. Por eso, en mi opinión, nadie es totalmente sincero a lo largo de su vida, porque siempre se nos planteará algún problema o alguna situación, en la que instintivamente o no, no somos sinceros, mentimos para preservar nuestros secretos.

jueves, 6 de octubre de 2011

LA FELICIDAD, ¿REALIDAD O IMPRESIÓN?

¿Existe la felicidad? Desde hace millones de años el ser humano ha considerado la felicidad como algo imprescindible para la vida. Desde hace mucho tiempo se ha dicho que la felicidad es la base de muchas cosas, que de que nos sirve tener dinero, propiedades, fama... si no tenemos felicidad. Mucha gente afirma haber encontrado la felicidad y por tanto se considera feliz, pero yo me pregunto: ¿De verdad esas personas son felices? y esta pregunta me lleva a esta consecuente: ¿La felicidad existe realmente o es solo una impresión? Me explico. Tanto en humanos como en animales, cuando algún ser consigue algo que anhelaba y sonríe decimos que es feliz, pero puede que nos estemos equivocando y que ese ser no sea realmente feliz, puede que en su interior lleve resignación por algo relacionado con su entorno como puede ser la familia, los amigos, etc. Pongo ahora ejemplos concretos. Imaginemos que paseando un día por el bosque nos encontramos una pequeña ardilla que corretea y salta entre las ramas de una gran encina buscando alguna que otra bellota que llevarse a la boca. De repente, esta pequeña ardilla, encuentra en uno de los extremos de una rama una bellota y se dispone a cogerla y degustarla. Cuando la ardilla está intentando coger la bellota se araña con un trozo de la dura corteza de la encina. La ardilla se ha hecho daño, pero nosotros desde fuera la vemos sonreír al ver que ha conseguido su objetivo y pensamos que no le molesta el daño ya que ha conseguido su premio y que es feliz, pero puede que la ardilla en su interior no sea realmente feliz, que solo sonría porque es lo que todo el mundo espera que haga y que por dentro este triste y sienta el dolor del arañazo, pero aún así decimos que es feliz, cuando en realidad, puede que no lo sea realmente, puede que solo sea una impresión nuestra.
Ahora me gustaría poner un ejemplo con humanos. Voy a usar de ejemplo un pariente mío, un niño de tan sólo tres años. Uso a un ser tan joven, dado que los niños pequeños se tiene por canon que son los más felices, dado que con forme pasan los años se dice que se va perdiendo la felicidad, debido a los problemas que se nos presentan, al estrés, etc. Volviendo a lo que iba, este niño cumplió los años el pasado septiembre y como es normal toda su familia le regalamos juguetes para su diversión. El niño al ver todos aquellos, esgrimió es su cara tal sonrisa, que casi no le cabía. Todos pensamos se hace mayor y crece feliz. En ese momento el niño sonreía a más no poder, pero puede que solo fuera algo que hace instintivamente porque ha visto hacerlo a su familia y amigos cientos de veces o puede que sí que este niño si sea realmente feliz y crea en la felicidad como una realidad y no como una impresión.
Yo os pregunto: ¿Vosotros creéis en la felicidad? Antes de responder, pensarlo tranquila y pausadamente. Poneros de ejemplo situaciones como las que he descrito anteriormente, pero que os tengan a vosotros mismos y a vuestro día a día como protagonistas de las mismas. Pensar si realmente la felicidad es algo que vosotros tenéis, pero no por el mero hecho de que es lo común, si no porque lo creáis realmente. Yo os puedo decir que actualmente yo soy feliz y creo en que la felicidad es una realidad, pero hay que saber buscarla y entenderla. A todos aquellos que todavía no sean felices, pero crean en la felicidad os animo a que la busquéis y a todos aquellos, que pensáis que la felicidad es solo una impresión os animo a que meditéis y os replantéis vuestras opiniones sobre la felicidad.