Pedro era un hombre aparentemente normal, con su casa, su trabajo, sus aficiones y a ojos de todo el mundo, un hombre feliz.
Él se creía así dado que tenía un buen trabajo que le proporcionaba todos sus caprichos, su enorme casa y su lujoso coche, era abogado de una gran empresa financiera.
Como ya he contado se podía permitir toda clase de caprichos lujosos como joyas, buena vestimenta y cualquier otra cosa que se le antojara. Esto le hacía sentirse feliz.
Un día hablando con los compañeros de trabajo sobre que tal iban sus vidas y familias, el señor Sánchez comentó que él no podía ser más feliz, acababa de casarse y se iba de viaje por Europa con su mujer.
Seguidamente, la señorita López dijo que para ella la felicidad eran sus dos hijas y que no había nada que pudiera superarlo. Así compañero tras compañero, cada uno fue diciendo el motivo de su felicidad, y para sorpresa de Pedro, ninguno tenía que ver con grandes cantidades de dinero.
A partir de aquí, de estas reflexiones de sus compañeros, Pedro se dio cuenta de que no era realmente feliz, el dinero no le hacía feliz y había vivido toda la vida para él. Empezó pues a buscar el modo de cómo ser realmente feliz.
Llegó a la determinación de que tenía que mirar, analizar y reflexionar sobre su vida. Así que, con todo el dinero que había ahorrado a lo largo de los años, se compró una cabaña en el monte, alejada del bullicio de la ciudad y del dinero.
Allí consiguió reflexionar y decidió vivir su vida en compañía de familiares y amigos y de una manera libre y autosuficiente, pensando y analizando cada momento y acción de su vida. Llamó a sus amigos y familiares más cercanos y les invitó a vivir con él, en la cabaña, alejados de un mundo que no es realmente feliz.
Todos ellos accedieron gustosamente a la invitación. Finalmente Pedro vivió allí, sin tanto dinero como antes ni sin su anterior forma de vida, pero con una nueva que realmente sí le había traído la felicidad.
Hola Fran. Me ha gustado mucho tu entrada de esta semana. Tu relato me parece que refleja muy bien como llevar una vida epicúrea y todo lo que ello conlleva. Un saludo
ResponderEliminar